28 de Diciembre 2025 - 3 de Enero 2026

Al entrar en la temporada de Adviento, siempre es un tiempo de anticipación y expectativa. Anhelamos momentos dulces con familiares y amigos. Anhelamos cercanía y una conexión más profunda con quienes nos rodean. Deseamos celebraciones memorables y significativas.

Sin embargo, a veces las cosas no son como esperamos.

En esta época del año, cantamos villancicos para recordarnos que nuestros corazones pertenecen a Cristo. Él es el centro de todo lo que anhelamos en esta vida y en la eternidad. Aquí, solo podemos anhelar su regreso. Podemos confiar en él para que repare nuestras dificultades y pérdidas. Pero no veremos todo reparado y renovado hasta su regreso. Por desgracia, esperamos su segunda venida.

La letra de la canción "Oh Come Emmanuel" nos ofrece ideas significativas para reflexionar. Esta canción está escrita para ser cantada en tono menor, lo que tradicionalmente refleja un canto de lamento. Durante las próximas semanas, analizaremos más detenidamente esas palabras y lo que nos indican. Enfocaremos nuestras reflexiones en pasajes de las Escrituras que conectan y fluyen con la letra. Durante las próximas semanas, practicaremos la voz de lamento por aquellas cosas que estamos esperando y anticipando.


Enfoque de esta semana: Ven, nuestro gran Sumo Sacerdote, e intercede por nosotros/Tu sacrificio, nuestra única súplica/Ya no tememos el juicio/Tu preciosa sangre nos ha acercado a ti/¡Alégrate! ¡Alégrate! Emmanuel/Ha disipado todo temor al infierno.

Día 1: ¿Qué significa que Jesús sea nuestro Sumo Sacerdote? Lee Hebreos 4:14-16, 2:17 y el capítulo 7. ¿Por qué crees que Jesús cumple el papel de sacerdote para nosotros?

Día 2: Jesús intercede por ti al estar sentado a la diestra del Padre. ¿Por qué necesitas que Él ore por ti esta semana, algo para lo que no has encontrado palabras? Lee Romanos 8:34.

Día 3: ¿Qué ha significado para ti el sacrificio de Jesús? Tómate un tiempo para reflexionar sobre el don de la vida eterna que recibimos como resultado de su muerte en la cruz. Al acercarnos a la celebración de su nacimiento, recordemos que la razón principal por la que vino fue para morir. Lee Isaías 53:1-12.

Día 4: Cuando participamos de la comunión, decimos: «La sangre de Cristo derramada para el perdón de tus pecados». Repite esta frase en voz alta tres veces, cambiando la palabra «tus» por «mis». La sangre de Cristo lavó tus pecados y te llevó a la eternidad. Recuérdalo hoy y anótalo.

Día 5: ¡Alégrate! ¿De qué puedes alegrarte hoy? Comparte con alguien el motivo de tu alegría.


Los Motivos de oración son proporcionados por Michele Bowden y Lisa Brass, entrenadoras y misioneras digitales con Visual Faith™ Ministry Encuéntrelas en nuestra página de Devoción Creativa y en Instagram @visualfaithjourney y @aworthylif y en la web en victoriainart.com.